
Por Wilson Borja DiazPor estos días en que el tema obligado es el Nóbel García Márquez, publica el diario estaudinense Los Ángeles Times, un documento supuestamente de la CIA en el que inculpa al Comandante del Ejercito, Mario Montoya de tener nexos con los grupos paramilitares. Ahí fue Troya! Todos a una como en fuente ovejuna, salen a mostrar una solidaridad de cuerpo al igual que cuando salió a la luz pública los cargos contra el Jefe del DAS, o cuando se destapó el escándalo contra la familia Araujo, en fin, contra todos los altos dirigentes políticos involucrados en el sonado caso.
Pero desde luego, no hay que olvidar que este no es el primer caso contra un miembro de las fuerzas militares. Debe recordarse que casos de masacres como la de los comerciantes de Puerto Boyacá o la de Mapiripan, por ejemplo, varios fueron juzgados por este delito de lesa humanidad. Podrían señalarse otros tantos episodios en los cuales miembros del cuerpo armado han estado vinculados. Baste recordar al célebre general Rito Alejo del Río. Tampoco será el último.
Llama la atención, que frente al escándalo y a la consabida defensa que del general hace el establecimiento, lo que les preocupa no es el contenido de la noticia ni la procedencia del documento en que se sustenta, sino el que haya sido publicado. Que no hayan tenido la oportunidad de ocultarlo, como afirma el Ministro de Defensa que el como director no lo habría publicado. Les preocupa que haya sido difundido en momentos en que las relaciones con el jefe del Gobierno son tan amistosas, máxime después de la inútil visita del presidente Bush. Los alarma que se divulgue este posible nexo cuando en el Congreso Norteamericano se debate la ayuda para la segunda fase del Plan Patriota y el TLC. Les angustia la publicación cuando el gobierno “logra para el país la mejor imagen” con la visita el genio de la informática, el multimillonario Gates, la visita de sus majestades los reyes de España y cuando miles de ojos y oídos se unen a la celebración del cumpleaños n{umero ochenta del Nóbel.
No cabe duda que este caso se une a la larga lista de personajes de todos los niveles, pero particularmente, de los altos mandos militares y dignatarios del estado involucrados en el escándalo de la parapolitica, que en principio muestran “tranquilos” pero serán los procesos judiciales los que dirán la ultima palabra al respecto. Por lo pronto lo que procede es continuar exigiendo la verdad total y el respeto a las decisiones judiciales.
WILSON BORJA DIAZ
Representante a la Cámara
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