viernes, 29 de mayo de 2009

Me la juego por el Polo


Wilson Borja y la declinación de su postulación a Cámara de Representantes


Por Pabloé.


Cuando a mediados de 2001 el entonces presidente de Fenaltrase postuló su nombre para Cámara de Representantes por Bogotá, no encontró objeción alguna. El camino estaba despejado. Las distintas fuerzas que confluían en el Frente Social y Político, organización política creada poco antes a iniciativa de la Central Unitaria de Trabajadores, apoyaron su candidatura al unísono, empezando por su partido, el Partido Comunista, colectividad que hacía una década había perdido esa curul. Su último representante fue Manuel Cepeda. Reto mayúsculo el que se impuso Wilson Alfonso Borja Díaz.

Al fin y al cabo, se trataba de un costeño compitiendo por la representación cachaca de la izquierda. Y si bien hacía rato se había residenciado en el Distrito Capital, los temas de la ciudad no eran propiamente los que trajinaba. Sus preocupaciones eran nacionales. Por andar en esas, el 15 de diciembre de 2000 perdió diez centímetros de su pierna derecha como resultado del atentado perpetrado a la salida de su apartamento por emisarios del entonces líder máximo de los paramilitares Carlos Castaño, a solicitud de los militares y con participación de estos y de unidades de la policía, en hechos en los que sus dos escoltas también resultaron heridos y murieron una vendedora de tintos y uno de sus agresores. Entre los uniformados encontrados culpables y condenados por la justicia se encuentran mayores, capitanes, tenientes, subtenientes y sargentos del ejército y de la policía.

Con Borja Díaz convaleciente en Cuba, y con importantes limitaciones de locomoción tras su regreso al país, parecían pocas las probabilidades de su candidatura. La sorpresa fue cuando se alzó con la tercera votación más alta de la ciudad, colocando al FSP en situación bastante favorable.

Y demostró tantas garras para el ejercicio parlamentario que recibió el beneplácito de sus electores para repetir curul, ahora bajo la tutela del Polo Democrático Alternativo. Solo que hoy Wilson Borja se impone nuevos retos. Tomó la decisión de retirarse de Cámara, pero no de la actividad política partidaria: “De acuerdo al artículo 36 de la Ley 100, yo tengo derecho a pensionarme por reunir las dos condiciones: más de 15 años de trabajo y más de 40 años de edad cuando esa ley comenzó a regir. De pensionarme podría aspirar, si es posible, a instancias diferentes al Congreso de la República como las alcaldías de Bogotá, Cartagena, Barranquilla o incluso la de Colosó, Sucre, donde también me crié. Pueden presentarse otros escenarios: ir al Concejo de Bogotá, contribuir en alguna instancia de la alcaldía de Samuel Moreno u otra administración del Polo, irme a organizar el Polo Democrático como partido… Si no me pudiera pensionar por las trabas de estos gobiernos, mi decisión es ir al Senado de la República.”

–¿Se trata de una decisión nueva?
–No. Desde hace más de un año se lo planteé así al Partido Comunista. Lo que estoy buscando es una práctica política: nosotros hemos llevado alcaldes y otra serie de personajes a administraciones importantes, el asunto es ¿por qué no podemos aspirar nosotros mismos? En mi opinión, para llegar a la Presidencia de la República el Polo no necesita tener mayorías en el Congreso de la República. Sin embargo, para avanzar hacia allá el Polo debería duplicar su bancada de senadores. Mi nombre a nivel nacional podría jugar en esa dirección.

Al Polo le queda más fácil hacer campaña al Senado que las campañas regionales de Cámara. Hay una verdad política: tenemos 12 ó 13 departamentos que solo eligen dos representantes a la Cámara, y es muy difícil que el Polo le gane al gamonalismo en esas regiones, la media Colombia. Luego vienen 8 – 9 departamentos que eligen entre tres y seis representantes a la Cámara: pues ahí también es difícil. ¿Dónde puede jugar el Polo Democrático para Cámara? En aquellos departamentos que tienen entre 7 y 18 curules.

El Polo debe realizar esfuerzos por aumentar el número de sus senadores. Si no me pensiono, iría al Senado para contribuir en esa causa. Otro elemento me lleva a declinar mis aspiraciones a Cámara: el hecho de tener que sacrificar mi hogar y que mi mujer tuviera que renunciar a su puesto en una entidad del Distrito donde lleva laborando alrededor de seis años.

Y no tengo ninguna discusión de fondo con el Partido. Tengo diferencias adjetivas frente al análisis de situaciones políticas particulares. Por ejemplo, creo que fue equivocado que el Polo en términos generales, y el Partido Comunista entre sus fuerzas, durante el pasado congreso se involucrara en un debate alrededor de la táctica electoral cuando lo que había qué discutir era el proyecto político que queremos construir como colectividad política. Lo otro son divergencias frente a las costumbres de hacer política en nuestro medio. El hecho de que uno asuma posiciones acarrea riesgos que lo tilden de socialdemócrata, “chatarra”, etc., etc.

–El Partido Comunista realizó la consulta interna para designar candidato a Cámara de Representantes en Bogotá, mientras optó por retomar la figura del centralismo democrático para respaldar el nombre de Gloria Inés Ramírez a senado. ¿Lo afecta esa decisión?
–Los compañeros estaban a la espera de mi decisión, la cual había tomado desde el año pasado. Insistí en que no quería participar, y que si me tocaba ir al Congreso no volvería a la Cámara de Representantes. Y el Partido tenía que tomar la decisión de realizar la consulta aquí.

Otra discusión que podríamos tener era definir quién iba al Senado. Hace tres años, me plantearon que si yo quería ir al Senado y respondí que no, que creía que era posible que el Partido tuviera Senador y Representante a la vez; nos la jugamos por ello y avanzamos como colectividad. Apoyamos a Gloria Inés con alma, vida y sombrero, como también lo hice al Concejo de Bogotá con el camarada Jaime Caicedo, tanto en lo financiero como en lo organizativo de las campañas. Ahora tendríamos que hacer esfuerzos significativos para reemplazarme a mí en la Cámara de representantes.

El Partido Comunista todavía enfrenta dificultades para asumir posiciones más abiertas. Existen alternativas más prácticas de resolver tensiones, distintas al manejo de las estructuras. Creo que el Partido tiene que asumir sus posiciones y uno, si no está de acuerdo, pues plantearlo como lo he hecho yo.

–¿En qué condiciones queda ud. al interior del Partido Comunista?
–He sido muy responsable con mi actividad y en mis relaciones con el Partido Comunista, a diferencia de otros que se han ido, han asumido otras posiciones y no ha pasado nada. Nunca he asumido posiciones en su contra. No es mi interés competir ni tener enfrentamientos con el Partido.

–La dirección del Partido manifestó temores de apostarle a dos listas para Senado.
–Y creo que tiene toda la razón. El Partido no tiene una fuerza que le permita esos lujos. Otra cosa es el voto de opinión hacia mí y las posibilidades que tengo de jugármela por una curul al Senado sin contar con el electorado propio del Partido Comunista. Si tomo la decisión de lanzarme al Senado, le pediría a la militancia que vote por Gloria Inés Ramírez que es la candidata oficial del Partido.

–Es una de las ventajas que ofrece el Polo, entendido como un escenario que brinda grandes posibilidades de trabajo y desarrollo para sus militantes todos, indistintamente de la fuerza a la cual se encuentre matriculado, si lo está. Allí, además, todo está por construir como proyecto partidario.
–Eso es de lo más importante. Allí es donde todos debemos jugar, pero con decisiones, sin ambigüedades. Las ambigüedades no son sólo aquellas de quienes le coquetean a la derecha. Las ambigüedades también se dan cuando ud. no está dispuesto a apostarle al proyecto político. Yo estoy dispuesto a jugarle al proyecto político Polo Democrático Alternativo, pase lo que pase.

–¿Cómo ve la candidatura de Carlos Lozano a la Cámara de Representantes por Bogotá?
–Aspiro que le vaya bien, y en lo que haya que colaborar, contribuiremos. Pero no basta con ser la persona, también se necesita ser candidato. Ser candidato tiene sus peculiaridades. Carlos en ese sentido tiene sus falencias, como las tenía el mismo Jaime Caycedo cuando postulamos su nombre al Concejo, pero lo hicimos concejal y está haciendo sus pinitos y acumulando la experiencia de lo que eso significa realmente, más allá de la estructura partidaria.

Lo otro es el conocimiento que tengan las organizaciones sociales de ese candidato. No es lo mismo ser conocido por la militancia del Partido o ser conocido por los medios de prensa que tener un reconocimiento social en sus organizaciones, en los barrios, en los lugares de trabajo o estudio, etc., que es donde hay que jugar. Lo importante es que eso se puede superar asumiendo una campaña muy activa, moderna e imaginativa, donde tiene dificultades el Partido Comunista. Son falencias corregibles, si hay la disposición para ello.

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